Entrevista a Inmaculada Martínez por Mariló Jiménez
“Siempre existirá algo social, empresarial o individual que impulsa al cambio”
Creadora de empresas para el desarrollo del ser humano desde hace más de 30 años, Inmaculada Martínez es pionera en España en relaciones -tanto entre hombres y mujeres como en el seno de la empresa-, en un trabajo innovador y revolucionario para la consciencia de las personas, transformador, acorde con los nuevos tiempos que el mundo empieza ya a registrar. “He innovado mucho en las relaciones de pareja fundamentalmente, y mucho de lo que enseño viene de mi experiencia personal. Mi trabajo consiste en poder interpretar qué está pasando en las parejas en la actualidad”, señala. Con las palabras Innovación, Transformación y Crecimiento Personal arranca su web (www.inmaculadamartinez.com).
¿Qué significa la innovación en el crecimiento personal?
Innovar significa hacer algo diferente de lo que consideramos que debemos de hacer y que tiene los mismos valores que lo que tenemos. La mente trabaja habitualmente en acción y reacción, hacemos para conseguir algo. Con este modelo intentamos que cambien los resultados, y esto no es posible porque con los mismos comportamientos los resultados son los mismos. Hay que cambiar el modelo y esto se llama crear, innovar. No es fácil entender la palabra en su profundidad pues actualmente mejoramos lo que tenemos y creemos que estamos innovando, pero no es así.
¿Innovación, entonces, sería la antesala de la transformación?
Claro, una vez que se innova aparece la transformación. Pero para esto hay que saber leer, entender lo que está pasando, para qué sirve y sus nuevas características. Al principio hay una revolución en la mente pues es algo a lo que no está acostumbrada, por lo que hay que estar centrado, quieto, tranquilo, interpretando, y ahí es donde se necesita un crecimiento personal, el tercer pilar que distingo en mi trabajo, pues medir lo nuevo con los mismos patrones de lo ya conocido no sirve.
¿Cuál es la principal aportación que tú haces al desarrollo personal?
En crecimiento personal animo a tener un cuerpo sano, autoridad sobre las emociones, una sexualidad consciente, comer en equilibrio…, porque hay que ir desde lo más bajo, lo más palpable, que es el cuerpo, hacia arriba, a aspectos más sutiles de la mente. Existen terapias fabulosas que tratan cada uno de estos aspectos por separado. Mi trabajo es integral y engloba a todas las facetas del ser humano. Lo que yo he hecho ha sido crear una síntesis en el Máster de Crecimiento Personal, que trabaja primero todo lo referente al yo donde, como persona, me transformo y crezco, para luego pasar al nosotros, donde yo me relaciono con los demás para, al final, hacer un proyecto de vida que expongo en el máster. Considero muy importante este trabajo porque si yo no puedo crecer como persona individual será muy difícil que pueda aportar algo a las relaciones, tanto empresariales como de pareja, de amistad, de familia u otro tipo.
¿Cómo se desarrolla esa transformación personal en tu máster?
A lo largo de los siete fines de semana -uno por mes- que dura el máster existe una labor de coaching y apoyo a cada participante pues durante el proceso de transformación aparecen aspectos que desconciertan mucho y las personas no saben manejar, ya que eso que aparece es parte de ese futuro que está por venir. Acompañar a cada uno en su trabajo de transformación, ir poniendo consciencia en las personas para que puedan interpretar lo que les está pasando, se vuelve fundamental, y esto lo hago tanto en personas que participan en mis cursos como en sesiones individuales independientes.
En tu trayectoria profesional has pasado por varias facetas, a veces muy diferentes entre sí. ¿Qué te impulsa a adentrarte en una búsqueda personal?
Una disonancia interior. A lo largo de mi vida, que ha sido muy dilatada, me he formado y trabajado en muchísimas técnicas en las que me he imbuido al máximo, con lo cual mi formación está completamente experimentada. Cualquier habilidad que conozco la he utilizado como una herramienta para ganarme la vida. Pero en un momento, cuando existe una desarmonía por dentro uno empieza a buscar, leer libros, buscar personas que puedan ayudar en ese terreno. Esa desarmonía interna me ha llevado a investigar, y por mi curiosidad natural he ido creciendo en todas esas áreas, que ahora llevo a mis cursos y terapias.
Hombres y mujeres
Estás enfocada en el trabajo de las polaridades de lo masculino y lo femenino. ¿Qué significan energía masculina y energía femenina? ¿Es lo mismo que hablar de hombres y mujeres?
No necesariamente. Tanto el hombre como la mujer tienen la capacidad de tener en cada uno de ellos ambas energías, pero para que una relación funcione se hace necesario que cada uno se polarice en cada una de las energías, pues si no, no se da la tensión sexual. Tiene que haber polos, positivo y negativo, para que exista la atracción. Más del 80% de los hombres tiene más integrada la energía masculina, independientemente de su orientación sexual. Y en el mismo porcentaje la mujer integra más la energía femenina, independientemente también de su opción sexual. Es pura biología. Esto implica valores concretos. Lo masculino es orientación, consciencia, dirección, penetración, ir hacia algo. Lo femenino es movimiento, fluir, recibir, estar abierta/o.
¿Y en el terreno laboral sucede lo mismo?
No, en el trabajo esto no tiene por qué ser así. El que tenga mejores ideas “penetra” al otro, sea del género que sea, y el otro, sea mujer u hombre, recibe las propuestas y se deja “inseminar”. Es lo femenino, en el hombre y en la mujer, el que tiene que ir a buscar la innovación para la apertura. Resulta interesante observar cómo en los trabajos que realizo en grupos divididos por género los resultados son completamente diferentes entre hombres y mujeres, porque se enfocan en cosas diferentes.
¿No resulta complicado definir estos aspectos tan sutiles?
A veces se trata de palabras y conceptos, pero no debemos quedarnos enganchados en ello, pues entonces volvemos al estado de la mente del que queremos salir. Se trata de usar y soltar, una y otra vez: saber lo que es, entender, usarlo y soltarlo.
Las nuevas generaciones tienen firmemente arraigada la idea de la igualdad entre mujeres y hombres, más allá de las condiciones sociales, apostando por la igualdad de comportamientos, actitudes y valores. ¿Qué opinas de ello?
Es imposible esa igualdad pretendida pues en el mismo momento en que nacemos hay una diferenciación: niño “o” niña. Hay una igualdad en derechos y obligaciones como seres humanos, puesto que el ser humano no tiene género, pero también hay una desigualdad, desde lo físico hasta lo mental, en los nombres que cada uno llevamos, acordes con nuestro género, las formas en cómo jugamos, cómo hablamos, cómo nos expresamos, etc. Debemos reconocer las diferencias dentro de la igualdad.
La mujer siempre ha sido pionera respecto al hombre para abrirse a lo nuevo. ¿Cuál es el motivo?
Es cierto, pero hoy en día existen hombres que están haciendo un trabajo importante de empoderamiento de lo masculino, muchas veces incluso desconocido para ellos. Estos hombres están trayendo una consciencia preciosa, con un poder increíble que nosotras desconocemos puesto que es la de ellos, la del Masculino en potencia. Paralelamente, hace poco el Dalai Lama ha dicho que el cambio vendrá de la mano de la mujer occidental. Las mujeres hemos llegado primero porque lo femenino es apertura, y lo masculino, penetración, por lo que la mujer siempre está abierta a crear, pero también lo femenino en el hombre es innovador y creativo, porque si esto no fuera así el hombre no podría abrirse a nuevas cosas ni crear, solamente estaría enfocado en resultados. Pero esto ha demostrado ser insuficiente y nos ha llevado al momento de crisis actual que vivimos.
Las relaciones de pareja actuales son complejas y difíciles de mantener. ¿Qué está ocurriendo?
La mayor parte de la gente tiene ese pensamiento, y esto es un supuesto. Desde el romanticismo, donde el supuesto es que todo se lleve bien, sí es cierto, porque esperamos que todo sea perfecto y sin problemas, el príncipe azul y la princesa rosa. Pero desde donde yo lo digo no es así, las relaciones no son difíciles y sí un lujo, porque significa que las personas utilizan la confrontación con el otro para evolucionar, y así la relación se convierte en una herramienta para crecer. Son una oportunidad, donde ante la opción de dejar la relación ante los problemas, siempre existe la alternativa de poder ir más allá, de poder profundizar. Abandonamos la idea de los príncipes y princesas de niños para, en un mundo de adultos, saber que esto ya no es y así no quedarnos atrapados ahí y ser infelices por ello. La vida no es difícil: la vida es la vida, tal como es.
En tu opinión, ¿qué le sobra y qué le falta al hombre actual para ser y sentirse pleno?
Creo que nunca vamos a llegar a estar plenos, pues hemos visto que cuando uno llega a ese estadio lo siente por unos instantes, lo disfruta y enseguida vuelve la disonancia en algún aspecto, con lo cual sentirse pleno es algo muy temporal. Esto es un reflejo de lo que es la evolución. El hombre tiene que aprender a saber que nunca va a estar pleno.
¿Y a la mujer?
Igual, es la condición del ser humano: nunca llegar porque no sabemos adónde vamos en nuestra evolución. Sólo podemos disfrutar de lo conquistado, de los momentos de plenitud. Es bueno saber que el hombre disfruta de los estadios en los que alcanza plenitud de diferente manera a como lo hace la mujer. Cuando el hombre disfruta de ello es porque ha conseguido unos objetivos, y la mujer es porque ha abierto completamente el corazón. En la consecución de los objetivos el hombre encuentra la libertad. Y la mujer se convierte en amor, no busca que le den amor, sino transformarse en amor, sentir la apertura del corazón, fluir con la vida. Uno de los problemas en las relaciones son las expectativas en que el otro nos dará lo que buscamos.
¿Qué lleva a una persona a querer crecer y evolucionar?
La disonancia interna lleva a evolucionar, pero es que el planeta entero nos conduce a una evolución desde hace millones de años. Es decir, que la evolución o la crea uno por propia desarmonía interior o el propio mundo nos lleva a ella, ya sea con la crisis actual, la crisis energética o los problemas diarios, pero siempre existirá algo social, empresarial o individual, que impulsa al cambio. Si no se dieran esas desarmonías no habría cambios, estaríamos mejorando –como hablábamos anteriormente- pero no evolucionando. Por ello las relaciones actuales no son un problema, son una forma de vivir hoy en día, y tenemos que utilizarlas, interpretarlas y estar cómodos en ellas.
Desde una conciencia más elevada, ¿qué opinas de la crisis actual?
Aunque no me gusta ser repetitiva al afirmar que efectivamente es un momento fantástico de oportunidades para cambiar, la crisis actual viene porque se ha agotado el sistema y se necesitan nuevos valores, haciendo lo mismo pero desde otro sitio, desde otra conciencia, desde el servir a los demás y al mundo, y no a uno mismo.
El desarrollo en las empresas
Un destino importante de tu labor son las empresas. ¿Cómo es el panorama empresarial en el desarrollo personal?
A veces sucede que hay organizaciones que quieren crecer, porque se sienten encerradas en un modelo del que no pueden salir. Se enfocan en mejorar tecnológicamente, en RRHH, ahorrar energía, mejorar las relaciones humanas…, pero no innovan. Para una empresa hoy en día, al igual que la sociedad, es fundamental la innovación. Sin embargo, la mayoría de la innovación que se está realizando es en tecnología, lo cual es importante porque siempre hemos evolucionado primero por la parte externa y luego por la interna, y necesitamos innovar en lo tangible para luego hacerlo en lo intangible. Pero no es suficiente.
¿Dónde está la innovación personal en las organizaciones?
He hecho un trabajo para la empresa pública en Andalucía llamado “La empresa consciente”, título que cojo de TTI, una consultora vasca con un enorme nivel de consciencia y con quien colaboro en proyectos empresariales. En este curso se puso de manifiesto la tendencia habitual a repetir querer ser los mejores. Mi reto es motivar a la gente para hacer cosas diferentes y que vean que no existe “mejor” ni “peor”, sino entender que “diferente” es sencillamente “diferente”, ni mejor ni peor. Cuando a través de juegos podemos desinhibirnos el aprendizaje sucede desde la experiencia. En esta ocasión, los empresarios andaluces han podido, por primera vez, utilizar las habilidades que tienen para jugar con aspectos a los que no estaban dando importancia, y ahí está la innovación: hacer trabajos que parecen un juego y descubrir que sus habilidades son herramientas que dieron lugar a una apertura de la mente. Esto da valor y profundidad a la vida y al trabajo.
¿Entonces, las empresas están abiertas a innovar?
Sí, los empresarios que llegan son gente abierta y con inquietudes, pues si no hay disonancia no hay búsqueda. La predisposición ya la tienen. Además, desde hace unos diez años el panorama ha cambiado y las empresas están más dispuestas a analizar más profundamente su situación.
¿Qué beneficios se pueden conseguir en una empresa con un trabajo como el tuyo?
Lo mismo que con una persona individual: poder entender qué está ocurriendo, ver las limitaciones que boicotean su progreso o la generación de conocimiento, y aprender a utilizar herramientas para hacer cosas nuevas. Muchos utilizamos todos estos conceptos que ciertas personas crearon con mucha profundidad, y a veces se utilizan sin esa profundidad con que fueron creados, sin saber qué significa. La empresa, en este sentido, tiene que saber distinguir cuándo está contratando a alguien que está utilizando las herramientas que otros han creado sin haber desarrollado personalmente la profundidad de esa herramienta, o si está contratando a alguien que realmente ha hecho esa transformación personal y sabe de qué está hablando, porque si no, nos volvemos a quedar, una y otra vez, en la superficie.
¿Demandan las organizaciones resultados rápidos?
La empresa tiene que aprender que los resultados de añadir valor a las personas pueden no ser inmediatos, porque esa inversión en la transformación personal necesita tiempo. Nosotros podemos hacer trabajos de 4 horas, de 2 meses y de 3 años, e indudablemente en este último caso podemos hacer un análisis más amplio, constatar dónde estaban cuando empezamos y en qué se ha convertido la empresa.
Entrevista realizada por Mariló Jiménez
Periodista
Comunicación Integral
09.07.10.- Marbella (Málaga)
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