La mayoría de las mujeres, una vez que su cuerpo ha dejado de crear vida, empiezan un ciclo de caminar hacia la sabiduría.
La mujer sabia se siente plena, conectada a todo, liberada de ataduras emocionales, irradiando belleza, amor y gozo incluso cuando siente tristeza y dolor.
Vivir y compartir al lado de una mujer madura y plena no está siendo fácil para quienes las acompañan en el camino.
Las mujeres en transición hacia esta plenitud se sienten muy vulnerables y solas, sienten que van a perder el amor que las rodea, los apoyos con los que hasta ahora cuentan. Los compañeros-as también se sienten vulnerables porque se sueltan ataduras.
En el camino hay muchas mujeres ayudando y apoyando esta transición necesaria hacia la madurez, la plenitud, la belleza y el gozo consciente.
Está siendo duro en las relaciones aceptar este cambio de paradigma. La evolución nos empuja en esta dirección, no nos sirve esperar, solo seguir hacia adelante, con los apoyos que nos va ofreciendo el camino y lidiando con las dificultades y los miedos.
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